Un alma de Dios, escrito en 1877, está considerado uno de los más importantes relatos de la Literatura Universal. A través de su lectura, podemos hacernos una idea general de cómo era la burguesía del siglo XIX: su hipocresía, mediocridad y egoísmo. Pero la grandeza de esta obra nos la encontramos en el personaje principal, Felicidad, un alma cándida, llena de ternura, muy compasiva, que intenta siempre ayudar a los demás. Esta dulzura contrasta con la dureza de su entorno, lo que sirvió a Flaubert para criticar la sociedad de su época con mucha sutileza y utilizando siempre la palabra exacta. Uno de los temas más conocidos del libro será la intensa relación entre Felicidad y su loro, que le brindará la compañía que las personas le niegan.
En este relato nos encontraremos con muchos elementos que aparecen en Madame Bovary, su más importante novela.
Traducido por: Consuelo Berges
Ni el genio de un Proust, ni el de Joyce, ni el de Virgina Woolf, ni el de Kafka, ni el de Faulkner, hubieran sido posibles sin la lección de Flaubert.
Mario Vargas Llosa
Un alma de Dios (2ª. ed.)
Traducido por: Consuelo Berges
Un alma de Dios, escrito en 1877, está considerado uno de los más importantes relatos de la Literatura Universal. A través de su lectura, podemos hacernos una idea general de cómo era la burguesía del siglo XIX: su hipocresía, mediocridad y egoísmo. Pero la grandeza de esta obra nos la encontramos en el personaje principal, Felicidad, un alma cándida, llena de ternura, muy compasiva, que intenta siempre ayudar a los demás. Esta dulzura contrasta con la dureza de su entorno, lo que sirvió a Flaubert para criticar la sociedad de su época con mucha sutileza y utilizando siempre la palabra exacta. Uno de los temas más conocidos del libro será la intensa relación entre Felicidad y su loro, que le brindará la compañía que las personas le niegan.
En este relato nos encontraremos con muchos elementos que aparecen en Madame Bovary, su más importante novela.
Un alma de Dios (2ª. ed.)
Ni el genio de un Proust, ni el de Joyce, ni el de Virgina Woolf, ni el de Kafka, ni el de Faulkner, hubieran sido posibles sin la lección de Flaubert.
Mario Vargas Llosa
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